Por SHAYNDI RAICE y JOE LIGHT
La salida a bolsa de Facebook Inc., fijada para el viernes, ha desatado un auténtico frenesí entre los inversionistas, desde los institucionales de Wall Street hasta los más pequeños, desesperados por hacerse con un pedazo del pastel.
El lunes, la red social subió el rango de precio para su oferta inicial de entre US$28 y US$35 por acción a US$34-US$38 la acción, en una señal del interés que despierta su debut bursátil. El cambio valoraría a la compañía de Menlo Park, California, en entre US$93.000 millones y US$104.000 millones.
Cifras de esta magnitud alimentan las expectativas de los inversionistas profesionales y particulares. Una de las interesadas es Jade Supple, una niña de once años cuyo padre contempla invertir fondos destinados a financiar su educación universitaria en acciones de Facebook, aunque no está seguro del precio.
Chris Baggini, un gestor del la firma de fondos de cobertura e inversión Turner Investment Partners, llamó reiteradamente a ejecutivos de Morgan Stanley y Goldman Sachs, los bancos que lideran la salida a bolsa, para obtener un puesto en la presentación de Facebook en Filadelfia la semana pasada.
En el otro extremo de EE.UU., en El Cajón, California, Todd Benrud, el profesor de tecnología y supervisor del club de inversiones del colegio Grossmont High School, trata de conseguir acciones de la red social. "Usan Facebook todos los días", cuenta. Algunos alumnos creen que la empresa "está destinada a ganar dinero".
Muchos pequeños inversionistas están ansiosos por conseguir acciones al precio de emisión, con la esperanza de que su valor aumente a lo largo de la jornada. Sin embargo, el éxito de las salidas a bolsa de compañías de Internet no siempre está garantizado. El sitio de descuentos Groupon Inc. ha perdido casi 35% desde su debut el 4 de noviembre.
Facebook aún no ha demostrado que sus US$3.700 millones en ingresos y US$1.000 millones en ganancias el año pasado merecen una valoración tan elevada. En abril, la compañía anunció que su utilidad y ventas del primer trimestre declinaron en comparación con el cuarto trimestre de 2011. El escepticismo de algunos, sin embargo, no parece hacer mella en tres inversionistas, que The Wall Street Journal siguió desde que Facebook anuncio su salida a bolsa en febrero.
Rockville Centre, Nueva York— El año pasado, Jim Supple iba en el auto con su hija Jade, de 11 años, cuando ésta le preguntó: "Papi, ¿puedo comprar una parte de Facebook?".
Supple, de 47 años, llevaba años enseñándole a su hija sobre cómo invertir en la bolsa y había empezado a poner dinero para ella en acciones como eBay y Disney desde que era bebé. De todos modos, la pregunta lo sorprendió: "¿Cómo sabes que Facebook se puede comprar?", le respondió. "Vi en las noticias que van a vender partes de la compañía", contestó Jade. "¿Podemos comprar algunas?".
Desde entonces, Supple ha tratado de encontrar la manera de invertir los US$25.000 que tenía ahorrados para la universidad de su hija y comprar acciones de Facebook. "No necesita el dinero hasta dentro de ocho años", dice. "Si esto sigue el camino de Google, todo saldrá bien". El 9 de abril, Supple reconoció que estaba inquieto por todo el frenesí en torno a la salida a bolsa y que se estaba replanteando su plan. "Aquí, en Nueva York, sale por todos los canales de televisión. Está en todos los periódicos que ha empezado la gira de presentación y (el presidente ejecutivo de Facebook) Mark Zuckerberg estuvo aquí", dijo entonces. "Vamos a tener que esperar hasta que esto se calme".
El Cajón, California—El 30 de enero, entre los reportes de que Facebook anunciaría su salida a bolsa, el estudiante de secundaria Brandon Hyatt subió un exuberante mensaje al foro en línea de su club de inversión en la escuela Grossmont, bajo el titular "¡¡¡COMPREN FACEBOOK!!!"
Así es cómo se vio atrapado en el frenesí consiguiente el profesor de tecnología y supervisor del club Todd Benrud. Cuando el club se volvió a reunir, Benrud se encontró ante 10 adolescentes que pensaban que podrían comprar acciones ese día. Todos los lunes y miércoles durante el almuerzo, Benrud convierte su aula de tecnología en el sala de corretaje del Charity Student Investment Project, un club de inversión sin fines de lucro donde los alumnos investigan inversiones para su presupuesto de US$2.900.
Cuando Benrud convocó una votación inicial sobre si comprar acciones de Facebook, todas las manos se levantaron, incluso después de contarles que no podrían hacerlo inmediatamente. Dado que las normas del club no permiten colocar más de 10% de su dinero en una acción, sólo podrían adquirir unas pocas, dependiendo del precio. En un intento por ayudar al club a compara al precio de la emisión, Benrud se reunió con un corredor de Morgan Stanley. Éste le dijo que ni él ni los miembros del club tenían dinero suficiente para calificar. "Eso realmente los desanimó", recuerda el profesor. Un plan era comprar dos acciones la mañana de la emisión y luego venderlas por la tarde. Ocho estuvieron a favor, uno en contra, y otro se abstuvo. Tras otras rondas de votación, decidieron comprar cuatro acciones, dependiendo del precio, y vender la mitad.
Berwyn, Pensilvania—Chris Baggini se encontraba de negocios en Nueva York el 1 de febrero, el día en que Facebook ofrecería un primer vistazo a sus finanzas. A las 9 de la mañana, reunido en el lujoso hotel Royalton, dijo que su compañía estaba "naturalmente interesada".
Baggini y en torno a otros 25 ejecutivos finalmente tuvieron la oportunidad de reunirse con representantes de Facebook en un hotel en Filadelfia. La directora de operaciones, Sheryl Sandberg, y el director financiero, David Ebersman, estaban ahí, pero no Zuckerberg, pero eso no le importó a Baggini. El inversionista dijo que aún no había decidido el precio al que estaría dispuesto a comprar. "Seguimos muy interesados y es probable que participemos", aseguró.
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