Por STU WOO
Jeff Bezos revolucionó el comercio electrónico con Amazon.com Inc. y transformó la forma en que muchos leemos, con su lector electrónico Kindle.
No contento con esto, el fundador de Amazon.com tiene algunas otras ideas con las que busca alterar la forma en que vivimos. Por ejemplo, en una solicitud de patente hecha pública en agosto de 2011, Bezos figura como uno de los dos inventores de un "sistema y método para la protección de dispositivos contra daños por impacto".
En otras palabras, un airbag para teléfonos celulares.
Un boceto en la solicitud muestra que el sistema podría detectar cuándo un aparato está cayendo y desplegar la bolsa de aire antes de tocar el suelo.
"El sistema de protección", se lee en la solicitud de la patente, "hace que el dispositivo sea reorientado y despliega una bolsa de aire de tal manera que sea ésta la que toque primero la superficie al momento del impacto".
El famosamente reservado Bezos reconoció que su nombre aparece en la solicitud de la patente, pero declinó dar más detalles. "No puedo hablar del futuro de la hoja de ruta. Lo siento", dijo en una entrevista. "Ni siquiera quiero decir si estamos o no trabajando en ello".
Algunos de los más grandes innovadores de la historia han estado entre los más idiosincráticos y Bezos muestra signos de encajar en ese molde. Es el más reciente hombre de negocios en usar su fortuna para financiar ambiciosos, y lo que algunos podrían considerar exagerados, planes.
Después de ganar una buena reputación haciendo películas en los años 20 y 30, Howard Hughes se dedicó a desarrollar y probar personalmente los aviones más rápidos del mundo. El fundador de Virgin Group, Richard Branson, ha tratado de establecer récords en el mar y en el aire. A su vez, Larry Ellison, fundador de Oracle Corp., compitió para el equipo de vela de la Copa América que él mismo patrocina.
David Risher, ex ejecutivo de Amazon, dice que su otrora jefe piensa en décadas y siglos... a diferencia de la mayoría de nosotros. "Jeff está íntimamente conectado con el largo plazo", señala.
Bezos ya ha ganado cierta fama con su proyecto de viajes espaciales Blue Origin. Sin embargo, el ejecutivo de 48 años de edad y con un patrimonio calculado en US$20.000 millones, invierte discretamente tiempo y dinero en algunos proyectos secundarios menos públicos que tienen poco o nada que ver con las compras en línea.
Aunque se negó a hablar del airbag para teléfonos móviles, estuvo un poco más dispuesto a comentar sobre su proyecto de construir un reloj de 60 metros diseñado para durar milenios. Ha financiado a un grupo, Long Now Foundation, que construye lo que él llama "el reloj de los 10.000 años" en el interior de una montaña cercana a su casa en el oeste de Texas, no muy lejos de su plataforma de lanzamiento de cohetes.
Es como un reloj de pie a mayor escala, explica Bezos. Cuando esté terminado, producirá una elaborada secuencia al estilo del cucú para el aniversario de cada año, década, siglo, milenio y 10 milenios.
"La razón por la que estoy haciéndolo es que es un símbolo del pensamiento a largo plazo, y es una idea de responsabilidad a largo plazo", dice Bezos, que ha gastado al menos US$42 millones en el proyecto. "Los humanos nos hemos vuelto tecnológicamente tan sofisticados que de alguna manera somos peligrosos para nosotros mismos. Va a ser cada vez más importante para la humanidad, a lo largo del tiempo, tener una visión a largo plazo de su futuro".
No todos los intereses de Bezos al margen de Amazon tienen que ver con la tecnología. Hace cuatro años, invirtió en una empresa llamada Glassybaby, que sopla copas de cristal hechas a mano para sostener velas. La dueña de Glassybaby, Lee Rhodes, dijo que el asistente de Bezos la llamó un día inesperadamente para pedirle una reunión. El ejecutivo convenció a la empresaria que le vendiera 20% de la compañía.
Las mayores ambiciones de Bezos son astronómicas. El año pasado, contrató a expertos submarinos para explorar el fondo del océano y buscar los enormes motores que impulsaron al espacio el Apollo XI. En marzo, escribió en su sitio web que el equipo había tenido éxito.
El fundador de Amazon dijo que esperaba recuperar algunos de los cinco motores, usando dinero privado, y devolverlos a la NASA, una de las instituciones que señala como fuente de inspiración.
Al menos uno de sus proyectos no ha despegado, literalmente. Su compañía de viajes espaciales Blue Origin, que trabaja en un vehículo para transportar astronautas a la estación espacial internacional, sufrió un revés en agosto pasado cuando un vuelo de prueba se descontroló y la nave tuvo que ser destruida. Bezos asegura que ya están trabajando en una nueva nave.
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