Por JESSICA E. VASCELLARO
La decisión de Apple Inc. de pagar a sus accionistas un dividendo trimestral representa más que un cambio en la filosofía de la empresa sobre su efectivo. La medida subraya además un giro sutil en la manera en que el presidente ejecutivo, Tim Cook, se comunica con los accionistas.
Bajo Steve Jobs, el cofundador de la empresa, Apple insistió en acumular efectivo y muy rara vez solicitó la opinión de grandes accionistas. Pero con Cook al frente de la empresa desde agosto y la muerte de Jobs en octubre, la estrategia cambió.
En enero, Apple dio el inusual paso de preguntar a algunos importantes accionistas qué creían que la empresa debería hacer con su creciente efectivo y otros activos líquidos, que para fines de diciembre sumaban US$97.600 millones, cuentan fuentes al tanto.
La gerencia también se volvió más comunicativa en público acerca del efectivo. En una aparición poco frecuente en una conferencia con inversionistas en febrero, Cook reconoció que la junta estaba discutiendo activamente qué hacer con el dinero, ya que la empresa tenía mucho más de lo que necesitaba para manejar el negocio.
Eso llevó a la teleconferencia del lunes, en la que Apple anunció que pagaría su primer dividendo desde diciembre de 1995 y lanzaría una recompra de acciones por US$10.000 millones. El director financiero, Peter Oppenheimer, indicó que la empresa eligió el camino híbrido tras "escuchar las opiniones de los accionistas".
Todo esto es un giro en la postura de Apple con respecto al efectivo en su relación con Wall Street y los inversionistas. Durante años, Apple limitó sus declaraciones acerca del efectivo a lo usual, como que estaba usando el dinero para asegurar suministros de componentes y mantener flexibilidad. Jobs, que pasaba poco tiempo con los accionistas, rara vez tocaba el tema.
"Parecía que nunca estaba en la agenda", afirma Jeremy Gleeson, un gerente de la firma de gestión de patrimonio AXA Investment Managers, cuyo fondo tecnológico tiene una gran posición en Apple. Gleeson cree que el anuncio del lunes ofrece mayor visibilidad.
Cook, de 51 años, es visto como más comunicativo que su predecesor. Algunos empleados han notado la diferencia y citan la decisión reciente de Cook de realizar una reunión abierta para los trabajadores después de que la empresa anunciara ganancias y sus declaraciones contra las críticas acerca de las pobres condiciones laborales en sus fábricas en China. En medio de un mayor escrutinio de la prensa y activistas, Cook se ha puesto a la ofensiva, defendiendo los esfuerzos de la compañía ante los medios y los inversionistas.
Un vocero de Apple no quiso hacer comentarios.
El tema del efectivo siempre ha sido sensible en Apple. Jobs, que vio a la empresa casi quedarse sin efectivo luego de regresar allí en 1996, siempre se refirió en contra de devolver dinero a los accionistas. Estaba convencido de recomprar acciones luego de que los atentados del 11 de septiembre de 2001 hicieran caer el precio del título bursátil, dice una fuente. Pero cuando varios ejecutivos abogaron por una continuación de la estrategia aprovechando que el precio parecía bajo, Jobs rechazó la idea. En su opinión, el dinero debía usarse para expandir el negocio.
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