Por HOLMAN W. JENKINS, JR.
Finalmente hemos estado recibiendo algo de apoyo para la tesis de que Apple, por más impresionante que haya sido su crecimiento, no crecerá hasta el cielo al imposibilitar el acceso a oportunidades por parte de otros fabricantes de software móvil.
Pero no es suficiente señalar, como lo han hecho varios analistas, que podría surgir otro participante de forma tan imprevista como lo hicieron Apple y Google para desplazar a líderes del mercado como Palm, BlackBerry y Windows.
No es suficiente señalar, como también lo han hecho muchos, que los amplios márgenes de Apple inevitablemente serán erosionados en la competencia por los próximos mil millones de clientes de teléfonos inteligentes. Incluso ahora que la empresa acaba de presentar la versión más reciente y destacada de su popular iPad, cuestionarlo debe ser el lema del ecosistema.
La idea de ecosistema implica que los usuarios quedan atrapados dentro de un solo sistema de aparatos, prendados de la misma red patentada de aplicaciones y contenido. Google podría tener una posibilidad de crear una alternativa duradera al universo Apple, según el escenario, pero nadie más puede alcanzarla, sin importar cuánto gasten para subsidiar a diseñadores de aplicaciones y proveedores de contenidos para crear sus propias versiones de la App Store y el iTunes de Apple.
"Cada vez que un usuario descarga una aplicación nativa a su teléfono inteligente o pone sus datos en el servicio de nube de una plataforma, se comprometen con un ecosistema particular y reducen las posibilidades de cambiar a una nueva plataforma", explicó un analista de Gartner hace alrededor de un año.
Esta visión le da una sabiduría absoluta a la idea táctica de Steve Jobs para mantener el universo de Apple principalmente cerrado. Pero abierto y cerrado no son sinónimos de bueno y malo, y en las últimas décadas se han visto oscilaciones violentas casi de la noche a la mañana en respuesta a factores del mercado. Macintosh era cerrado, Windows abierto. AOL cerrado, la web totalmente abierta. El iPhone cerrado, el Android menos cerrado. Y hay buenos motivos por los que la próxima ola regresará, de cierto modo, al navegador universal. Importará mucho menos qué sistema operativo móvil se use.
Toquemos brevemente algunos temas.
Hasta ahora, los aparatos móviles han sido como la tecnología médica: no hay que ahorrar en gastos, el desempeño es todo. Eso está cambiando a medida que más funciones se reducen a un solo chip, y cuando la competencia de precios se recalienta. A la vez, la capacidad se está desplazando a la nube, que además ayuda a que el aparato sea más barato, incluso descartable.
Todo esto significa que la bonanza de Apple —vender aparatos de US$600 a telefónicas y sus clientes con una ganancia de US$300— terminará. Apple estará tentada a buscar una mayor parte de sus ganancias en los servicios. La nube de Apple, como la de cualquiera, debería pagar su derecho de piso, lo que significa abrirla a aparatos rivales.
Además, con cualquier servicio de nube que no involucre un usuario que paga por "poseer" de forma permanente derechos a cierto contenido digital, que implica pagar una suscripción o por uso, desaparece el problema. Y en la era de Pandora u otros sitios de música en línea, ¿quién quiere seguir pasando horas administrando una colección de música? Eso es necesariamente menos verdadero cuando se trata del e-mail, las fotos u otros documentos personales. Pero es difícil ver cómo Apple o cualquier otra empresa logrará que sea rentable un sistema cerrado. Los clientes ya obtienen esos servicios de forma gratuita en la web.
Un factor clave es el ascenso de HTML5, un estándar web que les dará a los navegadores móviles la capacidad de funciones parecidas a las aplicaciones. Mozilla anunció un nuevo proyecto, Boost to Gecko, para volver a poner al navegador en un lugar central en la experiencia web. Qualcomm está diseñando sus chips móviles para navegación rápida.
Facebook y Twitter actualmente brindan sus servicios a usuarios móviles a través de navegadores incorporados. ¿Piensa que Facebook y Twitter no usarán las nuevas capacidades para entregar servicios que compitan con aplicaciones y iTunes?
Incluso Steve Jobs vendió muchos más iPhones y iPods al permitir que iTunes estuviera disponible en Windows. Ahora que iTunes se está convirtiendo en un servicio en la nube, Apple aún necesita a Windows. La versión de iTunes para la nube funciona con Vista y con Windows 7.
Pero observe algo más: tanto Apple como Microsoft trabajan para unificar sus sistemas operativos en distintos aparatos, grandes y pequeños. ¿Significa que una tableta o teléfono con Windows pronto podrá usar el iTunes?
Sabemos lo que podría decir Apple hoy, pero mañana será diferente. Considere la próxima Apple TV: para pagar por contenido de Hollywood, sin dudas deberá funcionar con aparatos de televisión que no sean de marca Apple.
No espere encontrar una recomendación bursátil aquí. Apple vendió 37 millones de iPhones el trimestre pasado, casi el doble que su máximo anterior. La incógnita urgente para los analistas no es si sus ventas pueden seguir creciendo. Es si Apple puede seguir obteniendo magníficas ganancias por cada aparato. De ser así, Apple, que hoy tiene una capitalización de mercado de US$508.000 millones, pronto podría valer US$1 billón (millones de millones), US$2 billones...
Un escenario realista, sin embargo, es que sus márgenes comenzarán a bajar marcadamente y el ecosistema, resultará menos formidable de lo que se asumió. En el futuro, elegir un aparato no significará encerrarse en un ecosistema. Eso no significa que BlackBerry tenga una segunda oportunidad ni que Apple no continúe creciendo con rapidez. Sugeriremos, sin embargo, que en un mundo así Microsoft será un jugador interesante para observar.
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