Una empresa creada para gestionar pedidos de recetas médicas podría ser la clave de la atención sanitaria en Internet.
¿Cómo de difícil es que los médicos compartan información sobre el paciente de forma electrónica? Al parecer, muy difícil: cuando una clínica de Minnesota (EE.UU.) logró transmitir algunos registros de inmunización al departamento local de salud pública este año, el Gobierno de EE.UU. anunció la hazaña a bombo y platillo en un comunicado de prensa.
Los médicos y hospitales de EE.UU. están de camino hacia la adopción de historiales electrónicos de pacientes para todos los estadounidenses. Después de eso, el siguiente paso en la medicina electrónica será la creación de "intercambios de información sanitaria". Imaginemos que allá donde vayamos, nuestro historial clínico electrónico nos sigue, evitando que los médicos repitan pruebas de forma innecesaria o receten medicamentos a los que somos alérgicos. Esto podría ahorrar una gran cantidad de dinero, teniendo en cuenta que hasta el 30 por ciento de las pruebas de laboratorio se repiten porque los médicos no tienen acceso a los resultados anteriores de los pacientes.
Sin embargo, hoy día los médicos y hospitales de EE.UU. tienen problemas para el intercambio electrónico incluso de información básica. Entre los motivos encontramos leyes que protegen la privacidad del paciente. Pero sobre todo, el problema es que el intercambio de datos no ha sido creado siguiendo los intereses económicos de nadie. "El problema con el intercambio de información no es la tecnología -tiene que ver con los negocios", afirma Farzad Mostashari, coordinador del Gobierno Federal para tecnología de la información (TI) sanitaria. Los hospitales y los médicos simplemente no ven muchas razones económicas para compartir información con sus competidores, o incluso para evitar repetir las pruebas.
Eso podría explicar por qué Surescripts, una compañía poco conocida fundada por farmacéuticos de venta al por menor y distribuidores de fármacos para dirigir pedidos de recetas de forma electrónica, se ha convertido rápidamente en el mayor intercambiador de información sanitaria de EE.UU.. Está en camino de procesar este año más de tres mil millones de mensajes electrónicos entre farmacias, planes de seguro y unos 286.000 doctores, y planea comenzar a intercambiar otros tipos de datos clínicos.
Surescripts, una compañía privada con sede en Arlington, Virginia, ha tenido éxito con un modelo económico para el intercambio de datos que funciona en parte debido a que no supone ningún cargo directo para los médicos. En vez de eso, las ganancias de Surescripts proceden del cobro de unos pocos centavos a las farmacias por cada transacción. Las farmacias ahorran dinero al eliminar la entrada de datos y mediante la venta de más medicamentos (ya que un 28 por ciento de las recetas en papel no son llenadas por los pacientes, mientras que las electrónicas son facturadas al instante).
Surescripts maneja más del 20 por ciento de las recetas a nivel nacional y está tratando de posicionar su red como una forma de que los médicos intercambien información clínica sobre sus pacientes. En julio, por ejemplo, la Academia Americana de Médicos de Familia (AAFP, por sus siglas en inglés) se asoció con Surescripts para poner en marcha un portal web que permite a los médicos de familia enviarse mensajes cifrados entre sí y adjuntar rayos X o fotos de una erupción.
"Hemos estado realizando transacciones entre las farmacias y los doctores, por lo que la conclusión obvia era apoyar la comunicación entre los mismos doctores", afirma Cris Ross, vicepresidente ejecutivo y gerente general del negocio de interoperabilidad clínica de Surescripts.
A pesar de la simpleza aparente del software -no es mucho más que correos electrónicos seguros- no hay nada parecido disponible en general para los médicos, que siguen confiando en las máquinas de fax o los mensajeros. "La atención sanitaria quiere y está encantada con este tipo de intercambio", asegura Steven Waldren, director del Centro de TI Sanitaria de la AAFP. "El problema ha sido que no ha habido nadie dispuesto a pagar por construir la red, o pagar por las transacciones".
Suscribirse al portal de la AAFP cuesta a los médicos 15 dólares (11 euros) al mes, un precio que, según Waldren, es lo suficientemente bajo como para ser aceptado por sus miembros. "Nuestros médicos tienen negocios pequeños", afirma. "Si costara 5.000 dólares (3.600 euros) por la infraestructura y 500 dólares (360 euros) al mes, no lo harían. Realmente creemos que tiene que ser un intercambio muy ligero, y eso es lo que estamos impulsando".
El Gobierno ha estado tratando de imponer sus propias normas de intercambio de datos a través del Direct Project, un esfuerzo iniciado en marzo de 2009 para "especificar una forma simple, segura, escalable y basada en estándares" de enviar información sanitaria a través de Internet. Ese esfuerzo incluye una veintena de participantes corporativos, entre los que se incluyen Microsoft, Siemens y Google.
Se han producido otros esfuerzos por crear intercambios de información sanitaria en EE.UU. sobre todo a nivel regional. Una de ellas, el Indiana Health Information Exchange, incluye a 70 hospitales y alrededor de 19.000 médicos en ese estado y en Chicago. Waldren asegura que el problema es que incluso las redes de gran tamaño como estas son todavía demasiado pequeñas para obligar a las compañías de seguros o los laboratorios de pruebas a adoptar los protocolos de su tecnología. "Nadie dentro de la atención sanitaria ha tenido suficiente cuota de mercado como para impulsar la estandarización", afirma.
Algunos expertos piensan que Surescripts es lo suficientemente grande como para hacerlo, superando efectivamente al plan de establecimiento de normas del Gobierno, al menos para las transferencias de datos básicos. Los analistas de Chilmark Research, en Cambridge, Massachusetts, denominan a Surescripts como "lo más cercano en EE.UU. a una red nacional de información sanitaria".
Surescripts afirma que apoya los protocolos del Gobierno y que más de 200 programas distintos de gestión de historiales electrónicos de pacientes ya son capaces de interactuar con su red electrónica de recetas, y que los intercambios de datos regionales y las grandes compañías de cuidado sanitario serán capaces de utilizar la red en el futuro. "Creemos que podemos simplificar las cosas", indica Ross. "El doctor se conecta con nosotros una vez, y nosotros lo conectamos a una gran cantidad de intercambios de información sanitaria. Nuestro enfoque es ofrecer una implementación comercialmente viable y de bajo coste. Creemos que acabaremos dominando sobre los demás".
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