Por GINA CHON
Con pocas opciones y ganas de complacer a los accionistas, algunas empresas están cambiando la ruta hacia la prosperidad.
Es decir, están separando sus operaciones en compañías diferentes. Esta estrategia financiera corporativa consiste en escindir una empresa, por lo general con el objetivo de definir las misiones de las distintas áreas y hacer más fácil que los accionistas entiendan —y valoren— los diferentes negocios.
El último ejemplo es el anuncio del miércoles de Abbott Laboratories, que separará sus negocios farmacéutico y de productos médicos. Abbott ha venido sufriendo dificultades en su división de medicamentos.
La venta de una división puede ser más rápida que una escisión y más lucrativa cuando un comprador está dispuesto a pagar una prima. Pero en medio de la desaceleración actual en el sector de las fusiones y adquisiciones, no es fácil encontrar un comprador.
"En momentos de volatilidad del mercado, una escisión puede proporcionar un camino más seguro que una venta, ya que no hay que buscar un comprador", afirma Eduardo Mestre, vicepresidente de la junta directiva de la firma asesora de inversión Evercore Partners. "En tiempos de dificultad económica, también hay presión para aumentar el valor para los accionistas, lo que podría suponer una escisión".
En lo que va del año, se han completado 58 escisiones en todo el mundo, según datos de la firma de datos corporativos Dealogic, y algunas más han sido anunciadas. En 2009, se realizaron 50 escisiones, en tanto que el año pasado ascendieron a 74, de acuerdo con la información de Dealogic.
Las escisiones no son fáciles de realizar. El decidir un nuevo nombre, una nueva junta directiva, un nuevo equipo ejecutivo y nuevos sistemas tecnológicos, sin mencionar los aspectos legales, puede tomar un año o más, afirman banqueros y abogados. Además, el esfuerzo requiere financiamiento.
Las ganancias del primer trimestre del negocio naviero de Northrop Grumman, una empresa de servicios tecnológicos corporativos, que completó su escisión el 31 de marzo, totalizaron US$34 millones e incluye un gasto de US$23 millones por la separación de ese negocio.
Sin embargo, las escisiones tienen sus ventajas.
Una de las que ocupa un lugar destacado es la cuestión impositiva. Al menos en Estados Unidos, una escisión puede ser implementada sobre una base libre de impuestos. Eso significa que es una buena estrategia si el negocio tiene una base fiscal relativamente baja en relación con el valor de la unidad, lo cual convertiría los costos impositivos de una venta en algo significativo. Una carga tributaria pesada podría desanimar a los potenciales compradores, que buscarían compensar ese gasto en su precio de oferta.
Un negocio escindido puede ser comprado más adelante, pero las normas fiscales en EE.UU. suponen que la nueva empresa independiente tenga que esperar seis meses, y a veces hasta dos años, después de que la escisión se haya completado en lo que se conoce como un período de "enfriamiento", sostienen los expertos legales.
En agosto, Google Inc. anunció la adquisición de Motorola Mobility Holdings Inc. por US$12.500 millones. La filial había sido escindida de Motorola en enero.
Google sólo quería el negocio de telefonía móvil y sus patentes y no la totalidad de Motorola Inc., conocida como Motorola Solutions Inc. a partir de la escisión.
A veces, aunque una empresa anuncie una escisión sigue despertando el interés de posibles compradores. Eso es lo que ocurrió con el anuncio de compra de la empresa de energía El Paso Corp., por parte de la empresa de gasoductos Kinder-Morgan Inc., por US$21.100 millones. El Paso había anunciado en mayo que planeaba escindir sus divisiones de exploración y producción de su negocio de gasoductos y oleoductos.
Kinder Morgan persuadió a El Paso de que la compañía ganaría más valor si era vendida completa, dicen personas al tanto.
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