Los colegios, institutos y jardines de infancia son un mercado grande y creciente para el iPad de Apple.
Herramienta educativa: Niños trabajando con la tableta Kineo, fabricada por Brainchild.
Todos los niños de 5º de primaria de la escuela Barron Park Elementary en Palo Alto, California (EE.UU.), tienen un iPad. Y no es porque sus padres hayan soltado 499 dólares (unos 390 euros) para comprarlos.
Los alumnos de las dos clases de quinto de primaria de Barron Park forman parte de un programa piloto que arrancó este otoño, financiado por un impuesto local. Usan las tabletas para resolver problemas matemáticos y hacer vídeos en las excursiones. Recogen un aparato cada mañana y se lo devuelven a sus profesores al final del día. Pronto les permitirán llevárselos a casa.
Smita Kolhatar, profesora de tecnología educativa, cree que las tabletas ayudan a los estudiantes con sus lecciones, mejoran la memoria y las habilidades lingüísticas y hacen que actúen con mayor independencia. “Resulta increíble observar el nivel de compromiso y entusiasmo de los niños”, afirma.
El entusiasmo entre los fabricantes de tabletas es casi igual de grande. La empresa de investigación IDC afirma que las ventas globales de tabletas llegarán a los 177 millones de unidades este año, de los cuales 11 millones habrán sido adquiridas por empresas o instituciones, no por consumidores directos. Tom Mainelli, analista de IDC explica que de esos once millones, “la gran mayoría” fueron adquiridas por colegios.
Mainelli cree que en pocos años todos los alumnos de Estados Unidos tendrán acceso a una tableta en la escuela. Habiendo 55 millones de estudiantes repartidos entre las escuelas de primaria y de secundaria del país, según el Centro Nacional de Estadísticas de Educación, eso representa muchas ventas potenciales. Y no son ventas aisladas: más allá de vender tabletas a las escuelas y los distritos educativos, los fabricantes de tabletas ven el negocio como una oportunidad de asegurar ventas futuras creando lealtad hacia la marca por parte de los jóvenes usuarios. Según Mainelli, “todos ven tremendas oportunidades en esto”.
Dado el aumento de textos y programas educativos digitales, incluyendo el software educativo gratuito, las escuelas de primaria empiezan a entregar tabletas gratuitas igual que antes repartían libros de texto y comidas. El supervisor del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (EE.UU.), el segundo mayor distrito del país, con 640.000 estudiantes, ha afirmado que quiere que haya una tableta para cada alumno y cada profesor para el curso que viene. El Distrito Escolar Independiente de McAllen, situado en un pueblo tejano cercano a la frontera con México, ha entregado un iPad a cada uno de sus estudiantes de primaria y un iPod Touch a cada uno de los matriculados en educación infantil. El coste de este proyecto, en el que se incluyen puntos wifi y unos 25.000 aparatos, es de 20 millones de dólares (unos 15 millones de euros).
Apple ha sido claramente el fabricante con más éxito en el mercado educativo. En el informe trimestral presentado en julio de este año, la empresa afirmaba haber vendido 17 millones de iPads, un millón de ellos a colegios. Apple no ha vuelto a dar información sobre sus cifras en el mercado educativo, pero sí ha sacado un modelo más pequeño y barato en octubre que espera también atraiga a alumnos y educadores: el iPad Mini, que cuesta 329 dólares (unos 255 euros). La empresa también ha presentado una nueva versión de su software para edición, iBooks Author, que permite a las editoriales crear libros de texto digitales para el iPad.
Tim Cook, el director ejecutivo de Apple afirmó que hay libros de texto iBooks disponibles para el 80 por ciento de las materias que se imparten en secundaria en Estados Unidos y que se están usando en más de 2.500 aulas. “Lo vimos venir hace mucho”, dijo durante la presentación del iPad Mini.
Amazon también ha puesto de manifiesto su interés por el mercado educativo en octubre con el debut de Whispercast, un servicio cuyo objetivo es facilitar la gestión de grandes cantidades de sus libros electrónicos Kindle. Los profesores pueden usarlo para hacer cosas como montar distintos grupos de lectura con las tabletas o bloquear el acceso a la Web de los estudiantes. Aunque Amazon nunca ha hecho públicas sus ventas de libros electrónicos ni tabletas, Jay Marine, vicepresidente de gestión de producto para el Kindle, afirma que miles de colegios están usando la tableta Kindle Fire de Amazon y que la empresa ve el mercado educativo como una “oportunidad de negocio significativa”.
Pero no solo las grandes empresas esperan triunfar en este mercado. Hay empresas más pequeñas que fabrican tabletas dirigidas específicamente al mercado educativo como CurriculumLoft, que fabrica la tableta Kuno, y Brainchild, que vende la Kineo.
El director ejecutivo de Brainchild, Jeff Cameron, afirma que la tableta de su empresa, que se vende por 299 dólares (unos 230 euros) y que usa el sistema Android de Google, se usa en unos dos mil distritos escolares. Cameron cree que es mejor que los aparatos dirigidos al mercado general porque está creada para un uso educativo. Al contrario que la mayoría de las tabletas, Kineo tiene una batería intercambiable, lo que podría suponer una vida útil más larga de las máquinas. Su pantalla táctil está hecha para soportar que le caigan líquidos encima y tiene más botones físicos que el iPad.
Cameron avisa de que, a pesar de que el mercado educativo puede parecer apetecible para las empresas de electrónica de consumo, es agotador tratar con los presupuestos públicos y los largos ciclos de compra. “Creo que va ser más difícil de lo que creen las empresas de electrónica de consumo”, afirma.
Copyright Technology Review 2012.
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