Por STEVEN RUSSOLILLO
http://online.wsj.com/article/SB10001424127887324468104578248143418442234.html?mod=WSJS_inicio_MiddleTop
Cuando las acciones de Apple descendieron por debajo de US$500 esta semana, Daniel Genter y sus colegas de RNC Genter Capital Management comenzaron a preocuparse de que hubieran cometido un error.
La firma con sede en Los Ángeles había comprado títulos de Apple cuando costaban poco más de US$500, su primera incursión en esa acción. Los analistas de la empresa pensaron que su declive la había vuelto lo suficientemente barata para un inversionista como RNC Genter, que se enfoca en títulos a bajo precio.
Pero la caída de esta semana generó "un cambio de parecer", indicó Genter. Cuando los títulos se ubicaron por debajo de US$500, los analistas se reunieron para decidir si la firma debía vender y reducir sus pérdidas.
Al final, RNC Genter eligió mantener su posición en Apple, por ahora. "Aún no tomamos ninguna decisión, pero estamos evaluando la situación", aseguró.
El dilema de RNC Genter se repite una y otra vez. Grandes y pequeños inversionistas lidian con lo que podría ser un punto de inflexión para Apple. A los ojos de muchos gestores de fondos, la reciente caída podría marcar la transformación de Apple de ser una acción de rápido crecimiento (considerada de riesgo pero cuyas perspectivas de expansión podrían llevar a grandes ganancias) a un título de bajo precio en relación a sus ganancias o valor contable (una estrategia conocida como "value investing") y que ofrece pagos regulares como dividendos.
"La acción de Apple ha sido un poco desconcertante desde una perspectiva de definición, pero sin dudas parece estar atravesando una transición desde acción de crecimiento a acción de bajo precio", afirmó Toni Sacconaghi, un analista de tecnología de Sanford C. Bernstein & Co. en Nueva York.
Cuando analistas e inversionistas lidian con las consecuencias de comprar o vender, y cuándo hacerlo, la situación se vuelve más grave.
La acción cayó 28% desde su cierre máximo de US$702,10 alcanzado en septiembre, por lo que perdió alrededor de US$200.000 millones en valor de mercado, cerca del equivalente al Producto Interno Bruto de Paquistán.
La acción cerró el martes por debajo de US$500, por primera vez desde febrero. Terminó la jornada del jueves en US$502,68 y acumula una caída de 5,5% este año, comparado con un alza de 3,8% del índice Standard & Poor's 500.
Un vocero de Apple prefirió no hacer comentarios sobre el precio de la acción.
Muchos inversionistas, incluido Genter, dijeron que esperan el informe de ganancias de Apple la semana próxima para tomar una decisión sobre si comprar o vender.
En el centro del debate está la pregunta de si los inversionistas creen que el crecimiento de las ganancias de Apple puede continuar. La empresa es tan grande —se prevé que los ingresos superen los US$190.000 millones en el año fiscal que culmina en octubre— que podría resultarle difícil lograr el mismo ritmo de expansión. Eso la vuelve poco atractiva para muchos inversionistas que buscan ingresos y un aumento del precio del título. A la vez, muchos inversionistas interesados no están convencidos de que la empresa sea lo suficientemente barata, pese a que su relación precio-ganancias es 10, comparado con un promedio de 13 de las empresas en el S&P 500.
Ese tipo de inquietudes están muy lejos de la situación de hace un año, cuando las crecientes ventas de iPods, iPhones y iPads, así como la euforia de los inversionistas, catapultaron a Apple y la convirtieron en la mayor empresa estadounidense por capitalización de mercado hasta la fecha.
Ahora, aumentan los temores sobre la desaceleración de las ventas de sus productos más populares y sobre si la empresa puede continuar innovando y embelesando a sus seguidores sin la visión de su cofundador, el fallecido Steve Jobs.
Sacconaghi cree que Apple está por ingresar a lo que llama "purgatorio de crecimiento", un cambio inevitable que se produce cuando una empresa se vuelve tan grande que ya no puede aumentar sus ganancias al mismo ritmo al que se habían acostumbrado los inversionistas. También es probable que los inversionistas que buscan crecimiento vendan más rápido de lo que compran los inversionistas que se enfocan en un precio bajo. Ese desfase puede durar meses o incluso años y ejercer presión sobre el precio de la acción.
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