Por WILL CONNORS y CHIP CUMMINS
El nuevo presidente ejecutivo de Research In Motion Ltd. dijo el lunes que no dividirá la empresa y que confía en su plan estratégico pero agregó que no cerrará la puerta si llegan ofertas de licencias.
Thorsten Heins, quien era uno de los dos directores operativos de RIM, fue designado presidente ejecutivo por la junta el domingo por la noche como parte de una reorganización y estará bajo la lupa al frente del fabricante del BlackBerry.
Heins aseguró que las medidas de RIM no constituyen un "cambio sísmico" y que en general mantendrá el curso fijado por sus predecesores. "De ninguna manera dividiré esto o lo separaré en negocios diferentes", aseguró en una conferencia de prensa el lunes. "Si hay solicitudes que lleguen a Research In Motion para hablar sobre licenciar esa plataforma a otras compañías, las consideraré. Escucharé", afirmó.
Aclaró, sin embargo, que RIM necesita mejorar el lanzamiento de productos y corregir el marketing en el mercado de teléfonos inteligentes estadounidense, que es clave para la empresa. Su participación de mercado en EE.UU. ha caído por debajo de 10% y la compañía ha sufrido numerosas demoras de productos. Heins indicó que busca contratar un nuevo director de marketing.
Las acciones de RIM empezaron el lunes con un alza de más de 4% tras la noticia del nombramiento de Heins, pero cayeron durante la conferencia de prensa mientras los inversionistas se preguntaban si el fabricante podría recuperar el terreno perdido en EE.UU. sin mayores cambios. Los títulos cerraron la sesión 8,47% a la baja en US$15,56 en el Nasdaq.
Durante meses, los inversionistas han pedido a gritos un gran giro estratégico, una nueva cúpula gerencial o la venta de la empresa mientras RIM luchaba con traspiés operativos y un desplome de la acción y trataba de no perderle el paso a rivales como Apple Inc. y Google Inc.
Después de 20 años al mando de la empresa, los copresidentes ejecutivos Jim Balsillie y Mike Lazaridis decidieron el domingo, para sorpresa de muchos, dar un paso al costado. La medida fue más extrema que lo que muchos detractores habían esperado que hiciera RIM para calmar a sus irritados inversionistas. No obstante, ambos seguirán en la empresa en calidad de directores y grandes accionistas.
Heins, de 54 años, llegó a RIM en 2007 tras dejar el cargo de director de tecnología del conglomerado alemán Siemens AG. Pese a ser conocido en la industria, Heins trabajaba a las sombras de Balsillie y Lazaridis durante sus años en RIM, donde recientemente ejercía como director operativo de software, hardware y ventas.
La empresa informó que la actual directora Barbara Stymiest se convertirá en la presidenta independiente de la junta. Lazaridis continuará como vicepresidente y Balsillie seguirá como miembro.
En entrevistas, Lazaridis, Balsillie y otros ejecutivos y directores de RIM dijeron que no fueron obligados a renunciar. Al contrario, dijeron estas personas, ambos recomendaron a la junta realizar cambios en la gerencia.
Balsillie señaló que era el momento adecuado debido a que los dos proyectos más importantes de RIM, una renovación de la poco exitosa tableta PlayBook a principios de este año y el posterior lanzamiento de un BlackBerry que usará un nuevo sistema operativo, marchan bien.
Agregó que el momento de la decisión no tuvo nada que ver con la presión de los inversionistas o la caída del precio de la acción. "No fue una reacción a eso", aclaró Balsillie en una entrevista en la sede de la empresa en Waterloo, Canadá. Las acciones de RIM perdieron tres cuartos de su valor el año pasado.
La compañía señaló también que no se desviará de la estrategia fundamental que Balsillie y Lazaridis han trazado para enderezar sus negocios. El plan incluye el lanzamiento de una tableta PlayBook mejorada, el nuevo teléfono inteligente y un sistema operativo llamado BlackBerry 10 que funcionará en ambos aparatos.
"Va a haber continuidad, pero no va a ser un alto", manifestó Heins en la entrevista.
Las acciones se han estado negociando por debajo de su valor contable, lo que ha dado lugar a una ola de especulación sobre un inversionista salvador o una oferta hostil. Balsillie y Lazaridis han indicado en reiteradas ocasiones que no están interesados en vender la empresa, y su presencia en la cúpula gerencial sería un gran obstáculo para cualquier negociación.
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