Un fabricante de software de diseño de gama alta descubre accidentalmente un éxito comercial.
Cuando Chris Cheung y Thomas Heerman, dos gerentes de nivel medio en la compañía de software Autodesk, mostraron por primera vez su nueva aplicación de dibujo para el iPhone, recibieron algunas miradas escépticas. ¿Por qué iba a querer alguien hacer garabatos en esa pequeña pantalla? ¿Y qué importancia podía tener una aplicación de 2,99 dólares (2,23 euros) dentro de una empresa con alrededor de 2.000 millones de dólares (1.493 millones de euros) en ingresos anuales?
Dos años más tarde, las aplicaciones SketchBook de Autodesk para teléfonos y el iPad son éxitos de ventas con siete millones de descargas. No suman una gran cantidad de ingresos: tal vez 15 millones de dólares (11,2 millones de euros). Sin embargo, este ejemplo de innovación va más allá del dinero. Con su primer éxito entre los consumidores, Autodesk posee hoy día más clientes de los que logró tener combinando los 29 años anteriores.
"Es la mejor publicidad que hemos tenido en años", indica el director general de Autodesk, Carl Bass. Es más, las aplicaciones de cosecha propia están enseñando a Autodesk cómo llegar a un nuevo público de rápido crecimiento que utiliza tabletas y teléfonos. El año pasado, Autodesk lanzó una nueva división de productos de consumo que incluye SketchBook y otros programas de diseño para los que no hace falta poseer ordenadores de alta gama.
Los orígenes de las aplicaciones son un recordatorio de que las grandes empresas también pueden innovar, aunque no necesariamente de forma predecible. "No se puede institucionalizar la innovación. Si se pudiera, todo el mundo lo haría", afirma Bass. Reconoce que probablemente no hubiera dedicado recursos al proyecto de la aplicación. "Sin embargo, ¿sabes qué? Dos personas lo hicieron y no pidieron permiso a nadie”.
Cuando Cheung, gerente de producto en Autodesk, y Heerman, su jefe, asumieron la responsabilidad de SketchBook en 2008, un programa de pintura y dibujo para PC y un complemento para Autodesk, conocida mayormente por su potente software AutoCAD utilizado por arquitectos e ingenieros. Con un precio aproximado de 100 dólares (75 euros), SketchBook tampoco generó mucho interés entre los distribuidores. La tarea fundamental a la que debían enfrentarse Cheung y Heerman, que trabajan en una oficina de Toronto (Canadá) lejos de la sede de la compañía en San Rafael, California (EE.UU.), fue el lanzamiento de la próxima actualización normal del programa para PC.
El año pasado, Apple había lanzado el iPhone y Cheung se preguntaba si SketchBook podría funcionar en el dispositivo. Con el consentimiento de Heerman, pidió a los desarrolladores explorar esa cuestión una vez se asegurasen de que la versión para PC estuviera lista a tiempo. Mientras tanto, otras pequeñas empresas empezaron a lanzar aplicaciones de dibujo para el iPhone, aclarando la cuestión sobre si a alguien le gustaría o no dibujar en la pantalla de un teléfono.
Aún así, el proyecto mantuvo un perfil bajo: a pesar de que Cheung y Heermann tenían que involucrar al equipo fiscal, el legal y el financiero de Autodesk antes de poder ofrecer SketchBook en la App Store en línea de Apple, nunca hicieron una presentación formal entre los altos directivos. Heermann señala que Bass vio la aplicación solo una vez antes de su lanzamiento, cuando Heermann se la mostró de pasada en un pasillo. El director general afirmó: "Genial, me gusta".
Cuando la aplicación SketchBook finalmente fue lanzada en septiembre de 2009, Cheung, de 40 años, y Heermann, de 47 años, esperaban conseguir 100.000 descargas en un año. Llegaron al millón en 50 días. De pronto, conscientes de las posibilidades, se movieron rápidamente para crear una versión para el iPad e hicieron que estuviera disponible el día en que los dispositivos salieron a la venta en abril de 2010.
Heermann cree que la fecha de lanzamiento de las aplicaciones puede que haya sido decisiva porque los productos destinados normalmente a los consumidores están comenzando a ganar popularidad entre las plantillas laborales corporativas, un fenómeno conocido como 'consumerización'. Ese cambio podría suponer un problema para aquellas empresas que tarden en adaptarse. Ahora que Autodesk es uno de los mayores vendedores de aplicaciones, señala Heerman, que en la actualidad ocupa el cargo de director de productos de consumo en la compañía, "es casi como hacer que la compañía se ponga en forma y esté lista para el futuro".
Copyright Technology Review 2011.
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