viernes, 18 de octubre de 2013

Por qué los problemas más obvios generan grandes innovaciones

    Por 
  • FARHAD MANJOO
Hace dos años, Nest, una empresa nueva fundada por un grupo de ex ingenieros y diseñadores de AppleAAPL +0.87% presentó un termostato doméstico "inteligente". Desde la industria de la tecnología respondieron en dos etapas. Primero, hubo desconcierto: ¿un termostato? ¿Quién compra termostatos? Y luego, cuando tuvieron la oportunidad de ver el Nest en acción, hubo una envidia respetuosa: ¡un termostato! ¡Por supuesto!
Nest
El termostato de Nest aprende sus preferencias para no tener que programarlo.
Hubo termostatos conectados a Internet antes de la versión de Nest, como hubo reproductores de música digital antes del iPod. Pero como el reproductor de música de Apple Inc., el termostato Nest más inteligente que cualquier otro producto en el mercado que parecía una reinvención de toda la industria.
En lugar de prever que los usuarios programen su temperatura ideal en la configuración del aparato —algo que mucha gente no hizo nunca, derrochando grandes cantidades de energía en calefacción y refrigeración innecesaria— el dispositivo de Nest usó sensores y algoritmos para "aprender" las preferencias del usuario y auto-programarse. El resultado fue un aparato tan innovador que se volvió obvio: uno mira el Nest y piensa: "Un segundo, ¿por qué no se le ocurrió esto a nadie antes?". (Sin embargo, no es barato, cuesta US$249 en Estados Unidos).
Me encontré preguntando lo mismo hace unas semanas, cuando Tony Fadell, presidente ejecutivo de Nest Labs Inc., me mostró el invento más reciente de la compañía: un detector de humo y monóxido de carbono llamado Nest Protect. Como el termostato, el Nest Protect —un aparato de US$129 que la empresa presentó recientemente en EE.UU.— se parece más a un pieza de museo modernista que a un electrodoméstico. Y como el termostato, el detector de humo se siente como la reinvención de la categoría.
Pero lo más inteligente de Nest Protect no es el aparato mismo. Me impresiona más lo que dice el detector de humo sobre la perspectiva que tiene la empresa sobre la innovación. Con ambos productos, Next ejemplifica lo que se ha convertido en un camino especialmente prometedor hacia la invención en Silicon Valley. Primero, encuentre el problema más molesto y obvio con el que millones de personas lidian todos los días. Luego, pregunte si las cosas realmente tienen que ser así.
¿Por qué hay que programar los termostatos? ¿O por qué hace falta ver un taxi para llamarlo? ¿Por qué no llamar al que circule más cerca con un botón del teléfono? Además, ¿por qué hay que pagar en efectivo en los puestos de comida? ¿El vendedor no debería aceptar tarjetas de crédito usando su tableta o, aún mejor, no debería su sistema de pago poder detectar quién es usted y permitirle cargar su almuerzo a su cuenta?
Tras encontrar una molestia universal, este inventor aplica una mezcla de software inteligente, hardware atractivo y potencia de redes para transformar la frustración en una experiencia que se parece a la emoción. Si usted instaló un termostato Nest, llamó un taxi usando Uber, o pagó su almuerzo con Square, probablemente sintió lo mismo. ¿Por qué el mundo no funciona así desde siempre?
El Protect de Nest avanza sobre terreno similar. "Son productos que no fueron queridos, que son básicamente lo mismo que cuando éramos niños", dice Fadell. Next Protect tiene un sensor que puede verlo, lo que permite silenciar falsas alarmas con tan sólo mover sus brazos. Cuando instala detectores múltiples en su casa, forman una red, para que cuando el aparato en su sala de estar detecta problemas, todas las unidades emitan una advertencia de voz que le dice dónde y por qué suena la alarma. También tiene un sistema coordinado de auto-diagnóstico que le permite saber si hay algún problema con el aparato, y puede olvidarse de revisar los aparatos dos veces al año para constatar que funcionan.
Algunos podrían afirmar que no hay nada especialmente nuevo sobre este modelo de innovación tecnológica. Los inventores siempre han mirado al mundo y se han preguntado por qué. Es verdad, pero —como mostró Nest— el software y el hardware moderno le permite actuar sobre la pregunta en formas que antes no eran posibles.
Tomemos como ejemplo a Square Inc., la empresa de pagos de Jack Dorsey. Antes, había una buena razón por la cual los puestos de comida no aceptaban tarjetas de crédito: era muy costoso desde el punto de vista logístico. Pero cuando la gente compró teléfonos inteligentes, las dificultades técnicas se desvanecieron. En ese momento, se podía imaginar un sistema de pagos que se adaptaba a la forma en que la gente quería pagar, en lugar de uno que funcionara de cierta forma porque la tecnología no se había actualizado.
Este modelo es especialmente valioso para sectores que la industria de la tecnología ignoró tradicionalmente, como por ejemplo el transporte. En los últimos años, hemos visto un aumento en la cantidad de aplicaciones y aparatos nuevos para conseguir taxis, conocer el estado del tránsito y llamar a servicios de entrega local. Muchos de estos problemas aún no han sido solucionados, pero al menos se está intentando.
Otra área prometedora es la salud. ¿Por qué parece imposible conseguir pronto una cita con el médico? ¿Por qué no es más fácil enviarle un e-mail a su médico, o acceder a su historia médica o transferirla? Algunas empresas lo están solucionando, como el sitio ZocDoc.
Una crítica persistente a este modelo de innovación es que está demasiado preocupado por los problemas burgueses. Como un obsesivo de la tecnología que vive en Silicon Valley, la mayoría de los problemas que quiero solucionar parecen superficiales: me gustaría que las tiendas ofrecieran envíos en el mismo día a mi casa; me gustaría que los restaurantes me permitieran pagar desde mi teléfono, y quiero desesperadamente que mi teléfono me guíe hacia espacios para estacionar que estén vacíos. De la misma forma, Nest, Uber, Square y muchas otras empresas nuevas destacadas ofrecen soluciones con clase para los problemas de los ricos.
Pero verlo así es tener poca visión. Fadell señala que el termostato de Nest podría ahorrarle a la gente cientos de dólares al año en costos de electricidad. Al minimizar las falsas alarmas, el Nest Protect podría ayudar a salvar vidas. Y recuerde que con el tiempo, el precio de las innovaciones digitales tiende a bajar. Cuando suceda, no parecerá trivial que un puñado de personas ricas al frente de empresas nuevas miraron al mundo moderno y se preguntaron: ¿por qué todo es tan insoportable?

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